la cabeza que planeaba planes imposibles las horas para ser todas las personas que soñé las certezas hijas de la inocencia para agarrar esos cincuenta pesos y rajarme al Lanín con vos
duro dificil imposible hasta los antónimos que no llegan y la ansiedad la clave des-esperar la clave andar como flotando en el vaivén como quien deja se deja andar
mientras tanto mientras ¡tanto! descubro la violencia que me habita
Publicar lo que realmente escribí .... no, no me conviene. Así que prefiero omitirlo hasta nuevo aviso y cuidarme de estas fiebres. Sólo recordá dejar los vaticinios, lavarte la ropa más seguido y estudiar, que es más grato y fructífero que cualquier mortal, incluída vos misma. Chau, hasta mañana.
Recuerdo mi "sufrir" en lo alto de un morro en brasil por no tener fuego, ¿te acordás Sofía? ---
Desde esa vez, en nuestros viajes nos ha faltado la comida pero nunca los puchos:
-he pagado 15 pesos por un atado
-he fumado restos de colillas,
-he fumado marcas que no me gustan
-he secado al sol atados mojados
-he rearmado puchos rotos, los he pegado con cinta scotch
Cada momento especial me lo fumé, cada momento de mierda también.
Es cómo una especie de amputación, sabés? Como de repente quedarse sin pies y arreglátelas.
Me doy cuenta que cada puto hecho de mi vida está atravesado por esta mierda, me siento alienada.
Uno llega al punto de NO querer HACER por no tener cigarrillos.
Ver una película pareciera no ser una actividad en sí misma, ir a tomar el bondi, esperar a alguien, estudiar, charlar (ni hablar si es sobre algún tema jugoso o una discusión).
La respuesta tampoco es quedarse sin hacer algo, impensable, la pausa total, la contemplación, quedarte sentadito mirando el paisaje - Dios................ qué tortura.
Y en este momento, en que lo comprendo, en que veo mi enfermedad y se me aparecen los tipitos saltarines de la propaganda en la cabeza, encima me siento una forra.